Que otro pájaro construya el nido, empolle sus huevos y alimente a sus crías. Esa es la compleja meta del cuclillo tejedor.
Los cuclillos, también conocidos como cucos,
incluyen a varias especies de pájaros parásitos que dejan en manos de
otros la responsabilidad –y la carga– de criar a sus polluelos.
Y en el caso del tejedor, su blanco
es la prinia modesta africana del sur de Zambia, la especie elegida para
"engañar" con sus huevos impostores.
Científicos de las universidades de Exeter y
Cambridge en Reino Unido estudiaron en detalle el notable comportamiento
de estas aves y publicaron sus hallazgos en la revista especializada Nature Communications.
"Muchos parásitos de puesta (como los cuclillos)
y sus huéspedes están enzarzados en una carrera armamentística
evolutiva, en la que los parásitos desarrollan estrategias para que sus
huevos sean aceptados –como la imitación– y los huéspedes aprenden a
rechazar huevos como defensa", explica Martin Stevens, uno de los
autores de la Universidad de Exeter.
"Nuestro trabajo muestra que el cuclillo tejedor
ha desarrollado otra estrategia nueva de ataque, a través de la cual
apunta a los componentes sensoriales y cognitivos del comportamiento de
rechazo de los huéspedes".
Imitación y cantidad
La hembra de la prinia africana pone huevos con un amplio espectro de colores en un esfuerzo por defenderse del cuclillo.
Aunque éstos han adaptado los patrones de sus
huevos para imitar a los del huésped, no pueden asegurarse que sus
huevos serán exactamente iguales a los del nido elegido.
"Al tener huevos muy variables entre los
diferentes individuos, es difícil que cada hembra de cuclillo pueda
hacer coincidir sus huevos con los que ponen los diferentes tipos de
prinias", explica Stevens.
Los huevos de cuclillo tejedor (derecha) imitan muy bien a los de la prinia modesta (izquierda).
Para comprender mejor el mecanismo de rechazo de las prinias, los científicos mezclaron diferentes huevos en los nidos.
Una teoría era que las aves rechazan los huevos
en base a su apariencia con respecto al resto, lo que supone una tarea
sensorial.
Pero los investigadores también pensaban que los
pájaros podían utilizar un "modelo interno" –o memoria– de cómo
deberían verse sus huevos y así identificar a los impostores, en lo que
representa una misión cognitiva.
De acuerdo a sus experimentos, las prinias combinan estos dos métodos para evaluar el color y el patrón de los huevos.
Sin embargo, cuando la proporción de huevos
foráneos era mayor, las aves tenían problemas para identificar y
rechazar a los parásitos.
Así que, según los investigadores, para engañar a
las prinias, el cuclillo lo intenta varias veces en el mismo nido y con
varios huevos para aumentar las probabilidades de que sean aceptados
como propios.
"En general hay muchas especies de parásitos de
puesta de las que no sabemos mucho y sería interesante poder ver qué
estrategias tienen para conseguir engañar a sus huéspedes", dice
Stevens.
"Sería genial saber si otros parásitos tienen
una estrategia similar al cuclillo tejedor y si hay alguna manera en que
los huéspedes se defienden de ella".
FUENTE: BBC.co.uk
0 comentarios:
Publicar un comentario